17 de noviembre:
Suena el teléfono. El nombre del dueño del equipo para el que suelo trabajar habitualmente aparece en la pantalla. Descuelgo para ver que quiere.
⁃ Hello? Inigo here.
⁃ Hi! How is everything? Enjoying your vacations?
⁃ Yes, all going well. Just chilling and enjoying some relaxing days after a hard season.
⁃ Nice nice! So, what are you doing in January? Are you free for the 24h race in Dubai??
⁃ …
Así de corta, sencilla e inesperada puede ser la conversación que te ponga patas arriba tus planes y en este caso las vacaciones de navidades.
Este año me había organizado con la familia para pasar Nochevieja y Reyes al otro lado del charco. Ya estaba todo organizado, y hasta el 9 de enero no regresaba a España.
En un principio no había problema. Podía volver según lo previsto, ya que aterrizaba en España el 10 y el martes 11 podría volar a Dubái para la carrera durante el fin de semana. Pero en cosa de una semana cambian de nuevo los planes. El lunes hay un día de test privado y 3 de los 4 coches con los que cuenta el equipo lo han contratado, así que el lunes 10 tengo que estar en Dubái sí o sí. Cambio de planes una vez más. El vuelo de vuelta a España lo cancelo y cojo un vuelo directo a Dubái.
Además de cambiar el vuelo, me tocará hacer la maleta para las vacaciones junto con la maleta del curro, así que me toca llevar un buen maletón y tirar para adelante.
¡Acaba de comenzar la aventura!
